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Raqueta de tenis vintage
Raqueta de tenis vintage
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Desde pequeño comprobé el poder que tienen algunas personas para hacer mejor a los demás. Me parecía un poder natural pero no lo era, pronto vi que había mucho trabajo detrás y también acciones diarias para reforzarlo.

Este interés me llevó a lo largo de mi vida a intentar rodearme de los mejores, y a saber que no bastaba con rodearse de los buenos sino también de ser bueno para que el círculo siguiera creciendo.

Los mejores son aquellos capaces de ofrecer su mejor versión, también en los momentos más difíciles.

 Con apenas 6 años aprendí que tan importante es lo que te pasa como la manera de afrontar aquello que te pasa.
Un criminal al volante me lanzó por los aires a más de 20 metros de distancia cuando iba paseando por la calle; sin quererlo aprendí a volar sólo y a darme cuenta de que necesitaría un gran equipo detrás para seguir haciéndolo.
Mi familia.
A los ocho años la vida me enseñó  lo importante de las pequeñas acciones cuando, por simple azar o por juegos del destino, salvé la vida de una niña con pocos días de edad.

Desde los 9 años formé parte de la escuela municipal de música. Quería ser un buen saxofonista y de nuevo el azar o la misma suerte me brindó la posibilidad de crecer como trompetista, durante casi 20 años.
Siempre tuve buen oído y escuchar de manera activa llenaba de matices todo lo que oía, permitiéndote no sólo conectar mejor con los demás sino también ser más poderoso en lo que hacía.


Mientras estudiaba en Salamanca a mis padres les comunicaron mi muerte; fue en un grave accidente de tráfico en el verano del año 2000.  Mi primo también se llamaba "Víctor" y fue él quien tuvo la desgracia de sufrir ese accidente mortal.
"El destino" de nuevo seguía ofreciéndome oportunidades.

Consciente con 20 años de la suerte que tenía,
 empecé a interesarme mucho en aprender, sin vocación alguna y sin saber cuál sería mi futuro profesional. El afán de aprender sin metas facilitó el camino para conseguir una Licenciatura en Administración y Dirección de empresas, una diplomatura en Ciencias Empresariales, una diplomatura en Relaciones Laborales, un Máster en Dirección de Empresas y una Certificación Internacional como Coach Personal y Ejecutivo.
Los estudios rápido me ayudaron a elegir trabajos en diferentes empresas, bien fuera como Responsable de productos frescos en un gran supermercado en Cataluña, Auditor contable para empresas internacionales en Madrid, Consultor de negocio tecnológico en Valladolid, Jefe de proyectos o Líder de equipos para la transformación digital de multitud de empresas o como especialista en desarrollo personal y profesional.

Cuanto más estudiaba menos me importaban mis logros académicos. Cuanto más trabajaba más valoraba a las personas que formaban el equipo de trabajo y cuanto más conozco a las personas más creo en el poder de adaptación y transformación de todas ellas.
Apuesto por la actitud por encima del conocimiento, valoro más el camino que la meta y mejoro más en el fracaso que en el éxito, razones por la cuales sigo profundizando en qué hace que las personas triunfen en la vida a pesar de las circunstancias.
Los viajes alrededor del mundo son una forma maravillosa para conocer mejor a las personas y también a uno mismo; esta perspectiva más global desarrolla en tí mecanismos y modos de pensamiento que te habilitan para ser mejor.


La actividad deportiva enseña disciplina y  compromiso. La satisfacción por terminar una maratón o por disfrutar jugando un partido de tenis a alto nivel, sigue haciéndome crecer y creer en mis posibilidades.
El deporte genera metáforas que constantemente utilizo a nivel personal y profesional para transmitir valores que potencian conseguir lo que se desea y, lo que es para mí más importante, conseguir lo que se necesita.

PortelaCoach tiene esa misión, transmitir modelos de pensamiento y formas de hacer que faciliten a personas y equipos lograr todos sus objetivos. 

 
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